5 de junio de 2010

III. La novela gótica como género y su evolución

Este género literario se caracteriza por una ambientación donde predominan los paisajes sombríos, con bosques de oscura vegetación, ruinosos edificios de arquitectura medieval, horrendas habitaciones, lúgubres castillos y un general abandono que estimula a la melancolía. Por allí suelen deambular variados espectros, uno que otro muerto andante y demás cosas de las llamadas sobrenaturales. Como se puede apreciar, un clima depresivo, oscuro, tétrico.Aunque la novela gótica influyó en muchos géneros, empezó a decaer en 1815 con la publicación del Melmoth el Vagabundo de Charles Maturin, comenzó a marchitarse y perderse en las variadas corrientes literarias que la continuaron, para luego renacer en nuestros días, como lo demuestran las numerosas agrupaciones de cultores del estilo de vida "dark" o "gótico" o "neogótico" que andan por el mundo.


Hoy día se siente la influencia de la novela gótica en el retrato de esos antagonistas seductores cuyas características malas nos atraen de una manera muy especial aunque seamos concientes de esa maldad nos llama la atención y queremos conocerla. Es una fascinación por lo oscuro, por lo supuestamente malo, por lo trágico.

Los personajes góticos son personajes trágicos, la mayoría condenados a una eterna e imposible búsqueda. El origen de la novela gótica debe entenderse enmarcándola en un contexto histórico-cultural característico de Europa occidental en el siglo XVIII, donde se da un fenómeno conocido como el Iluminismo y una de sus derivaciones, el Racionalismo.

La postura racionalista sostiene que la Razón humana es la suprema herramienta para comprender y dominar al Universo. El hombre, de la mano de la razón, se independiza de Dios y de la Religión. Más aún, se rechaza todo lo que trate de la religión. Todos los fenómenos naturales y sociales pueden ser explicados por la sola intervención de la razón.

De esta manera muchas creencias populares que se habían mantenido firmes por siglos, entre ellas, el retorno de los muertos y la existencia de los fantasmas y los vampiros, son rechazadas por el Racionalismo del siglo XVIII y pasan a considerarse meras supersticiones, propias de ignorantes.



La novela gótica surge entre los círculos cultos de Europa como una reacción a este Racionalismo que niega todo lo sobrenatural. Pero no es una reacción que pretenda reinstaurar una creencia sino, imponer una estética.

Sin embargo, a lo largo del siglo XIX, los muertos y fantasmas de la novela gótica fueron perdiendo cada vez más su efecto terrorífico. El pertinaz avance de la razón obligaba a los escritores a inventar toda clase de explicaciones "científicas" para sus seres sobrenaturales. El lector, cada vez más acorazado por "la luz de la razón" se resistía a suspender su incredulidad y dejarse asustar por un rato. Así las cosas, el cuento de miedo anglosajón va a producir un profundo cambio a fines del siglo XIX y principios del XX, de la mano de un galés llamado Arthur Machen. Ocurre que el mismo racionalismo positivista provocó una revitalización del cuento de terror, especialmente el de origen anglosajón. Como dijimos, en esta época científica, al principio, los autores debieron recurrir a teorías científicas para agregar verosimilitud a sus historias. Luego, otros escritores, se internaron en antiguas mitologías y recrearon cultos horrendos para apuntalar la nueva literatura de terror.


Se configuró así, una necesaria reacción, desde el arte, contra el frío racionalismo materialista propio del positivismo. Se apeló a estimular los temores y emociones más irracionales y primitivas de la Humanidad.

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